UNA CARTA A LOS COMPAÑEROS-POR DARÍO GENTILE
Todo esto de la fiesta y el reencuentro ha resultado para mí como un temblor, similar a los que tenemos a veces acá en Mendoza, por lo inesperado, por lo conmovedor, porque uno cree que tiene, hasta ese momento, todo bajo control hasta que llega el momento; porque uno debe salir luego a revisar como ha quedado todo y encontrará cosas que se han movido, cosas que no, cosas que han resistido y otras que se han roto, cosas que se han caído y uno debe volver a acomodarlas de una manera distinta esta vez... Para mí que estoy lejos de mis raíces y, como siempre sostengo, no me puedo quejar de todo lo que llevo vivido, esto significó una experiencia a la vez de inesperada, renovadora, y sobre todo significó, junto con otras cosas que he vivido al mismo tiempo, una reconexión del tipo que fui en Santa Fe con el que vive ahora en Mendoza, me resulta extraño decirlo pero ese chispazo que menciona Diana también me tocó a mí y unió mi historia personal toda en una sola sin cosas como "después de tal cosa" o "antes de tal otra". Y la verdad es que se siente muy bien.

Un abrazo grande para todos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola a todos desde Alaska de nuevo,

Despues de leer las cartas "post fiesta" me doy cuenta que todos tuvimos reacciones/experiencias similares por la fiesta.
Desde el norte los quiero felicitar,una vez mas, a los organizadores por dos cosas:
1) la fiesta, que fue un lugar perfecto para recordar viejos tiempos.
2) el ASADO del miercoles en la casa de Caito. MUCHAS GRACIAS!!

Saludos desde norte
Horacio

Anónimo dijo...

Darío: Muy bueno lo que escribiste, lo comparto plenamente. Todos llegamos a distintos lugares, pero en algún momento coincidimos durante 6 hermosos años en nuestra Escuela Industrial que nos marcó para toda la vida.
Por otro lado, te envié 2 correos en estos días y sospecho que no te han llegado. Avisame por este medio así te escribo por otro correo. Un abrazo.
Gabriel K

darío gentile dijo...

Gabriel, recibí al menos uno, hoy aún no he revisado mi casilla, durante el día te estoy contestando.
Un abrazo grande!

Anónimo dijo...

Darío: Claro que se siente bien y es un poco embriagador también. Y no se si será por esto de la soledad intrínseca del hombre, pero también se siente bien reconocerse en el otro, encontrando cosas en común. Me encantó la metáfora del temblor. Me identifico con lo de la reconexión. Si bien hace poco más de 6 años que estoy en España, estuve 18 en Rosario y tan desconectada como si fuese la vecina de Horacio en Alaska. Es yo me fui dos veces y las dos veces, el mismo pecado. Diana